Entre el 12 y 24 de diciembre más de 24 organizaciones comunitarias crearon su parte de la torre, cuyos nombres están inscritos en hebreo y árabe. La estructura final será enviada a Guinness World Records para ratificar el récord.
El proyecto fue apoyado por el ayuntamiento de Tel Aviv y Young Engineers, un grupo que aboga por aprender a través de la construcción de modelos.
La iniciativa surgió como un homenaje en memoria de Omer Sayag, un niño de ocho años que adoraba jugar con estos bloques antes de morir en 2014, detalló Archdaily.