Con 632 metros de altura, la torre se ha convertido en el tercer edificio del mundo en superar los 600 metros, conocidos como megatall.
Los diseñadores de la Shanghai Tower esperan que este proyecto sea la materialización de un nuevo tipo de rascacielos. Su forma en espiral señala simbólicamente la consolidación económica de China, pero también asegura un 24% de ahorro en carga estructural al compararse con un edificio paralelepípedo y de la misma altura.
De acuerdo con CTBUH, su programa "es único por estar organizado en nueve zonas verticales. Cada uno de estos 'barrios verticales' tiene su base en un atrio ajardinado que crea una sensación de comunidad y apoya la vida diaria con un variado programa para residentes y visitantes".
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