Con la perspectiva de que el stock mundial de edificios e inmuebles duplique su tamaño para mediados de este siglo, el año 2024 se posiciona como un punto crucial para impulsar la arquitectura verde y el diseño sustentable más allá de una mera tendencia en crecimiento, convirtiéndose en una necesidad imperativa al edificar.
Algunos de sus principios fundamentales incluyen la eficiencia energética, la gestión del agua, la calidad del aire interior, el diseño de áreas verdes y la gestión de residuos.
En un mundo donde las emisiones de carbono están bajo un escrutinio cada vez más intenso, el sector de la construcción emerge como un importante contribuyente, siendo responsable del 39% de las emisiones de carbono relacionadas con la energía a nivel mundial, según datos del World Green Building Council (WorldGBC).
De acuerdo con el WorldGBC, el 28% de estas emisiones proviene del gasto energético en la operatividad de los edificios, mientras que el 11% restante se atribuye a los materiales y procesos de construcción.
Este constante aumento de emisiones está directamente vinculado al cambio climático y al efecto invernadero, que provocan problemas como el calentamiento global y las alteraciones en los ecosistemas.
Lo anterior porque la tecnología permite a arquitectos y diseñadores crear modelos 3D detallados para visualizar y comprender cómo interactúan los elementos del diseño, permitiendo realizar simulaciones para evaluar la eficiencia energética y otros aspectos ambientales.
Además, los modelos 3D facilitan la realización de simulaciones para predecir el comportamiento de los edificios frente a factores climáticos, permitiendo ajustes en el diseño para mejorar la eficiencia energética y reducir los gastos.
Mientras que, el software de modelado 3D optimiza la gestión de proyectos, reduciendo el tiempo y los materiales empleados, y facilitando la interacción entre los diferentes equipos involucrados.