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Dubái presentó a la primera integrante de su Familia Emiratí Virtual, un proyecto que combina innovación digital y valores culturales para acercar los servicios tecnológicos a la comunidad y consolidar a la ciudad como líder global en Smart cities.

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Dubái vuelve a colocarse a la vanguardia de la innovación digital con el lanzamiento de un proyecto que combina tecnología, cultura y comunicación social: La Familia Emiratí Virtual, una iniciativa de Digital Dubai destinada a generar conciencia sobre los servicios digitales de la ciudad y, al mismo tiempo, reforzar su posición como epicentro global de la transformación digital.

 

La propuesta parte de una premisa clara: Acercar los servicios tecnológicos a la comunidad de una manera cálida, sencilla y accesible. Para ello, el gobierno dubaití ha diseñado una interfaz digital interactiva que se materializa en una familia emiratí virtual, concebida como un puente entre las instituciones y los ciudadanos. Según sus promotores, este nuevo canal no solo refleja los valores y aspiraciones de la sociedad emiratí, sino que también apoya la visión de un futuro más inteligente, sostenible y plenamente conectado.

 

El primer paso ya se dio con la presentación de “La Niña”, el miembro inaugural de esta familia digital. Su debut se realizó a través de un breve video compartido en redes sociales, donde se mostró con un carácter cálido y accesible, especialmente diseñado para atraer a niños y familias. Más allá de su apariencia simpática, el personaje cumple un papel clave: Fomentar el diálogo sobre inteligencia artificial, tecnología y servicios digitales, adaptando la conversación a un lenguaje cercano a las nuevas generaciones.

Con un enfoque participativo, Digital Dubai invitó a la ciudadanía a elegir el nombre de la pequeña entre tres opciones: Dubái, Mira o Latifa. De esta forma, la iniciativa no solo introduce un avatar virtual, sino que involucra a la comunidad en la construcción simbólica de la familia. Pronto se sumarán otros miembros –padre, madre y hermano– que completarán el retrato digital de un hogar emiratí.

Más allá de lo anecdótico, la apuesta tiene un trasfondo estratégico. Impulsada por inteligencia artificial y tecnologías de datos avanzadas, la Familia Emiratí servirá como canal educativo para difundir los beneficios de la vida digital, transmitiendo mensajes de una forma comprensible para todos los segmentos de la sociedad. La clave está en combinar la innovación con la identidad cultural: Los personajes han sido diseñados para inspirarse en los valores tradicionales del Emirato, pero traducidos a una narrativa moderna, atractiva y universal.

 

 

 

La propuesta también responde a un desafío contemporáneo: ¿Cómo comunicar servicios complejos en un entorno donde conviven múltiples idiomas, culturas y generaciones? La respuesta de Dubái es apostar por personajes digitales que, más que simples avatares, se convierten en embajadores de un estilo de vida digital. La idea es que estos rostros virtuales sean percibidos como una voz cercana, capaz de transmitir confianza y despertar curiosidad en un público diverso.

 

En un contexto donde las ciudades buscan posicionarse como referentes tecnológicos, Dubái refuerza con esta iniciativa su papel como laboratorio global de innovación urbana. No se trata solo de ofrecer infraestructura digital, sino de generar un entorno donde la tecnología sea entendida como parte natural de la vida cotidiana. De ahí que el proyecto esté diseñado con un enfoque interactivo y centrado en el ser humano, alineado con las tendencias internacionales en materia de Smart cities.

“Con la Familia Emiratí Virtual damos un paso más hacia la construcción de un futuro en el que la innovación digital mejore la calidad de vida, promueva el bienestar humano y consolide a Dubái como líder mundial en la vida digital”, comentan en Digital Dubai al presentar la iniciativa.

Se perfila el lanzamiento de esta familia virtual como un hito en la forma en que los gobiernos comunican y conectan con sus ciudadanos. Dubái no solo digitaliza sus servicios, sino que también humaniza la tecnología, creando puentes que hacen más comprensible la transición hacia una sociedad hiperconectada.

 

Con esta jugada, la ciudad confirma lo que ya muchos anticipaban: El futuro digital no será únicamente cuestión de algoritmos y datos, sino de historias y personajes capaces de darles vida.