La última batalla legal entre el estudio de arquitectura y la Fundación Zaha Hadid sobre las tarifas pagadas para usar el nombre de la difunta arquitecta fue desestimada en el Tribunal Superior el pasado 20 de diciembre de 2024.
El estudio argumentó que el acuerdo, firmado en 2013, tres años antes de la muerte de la arquitecta Zaha Hadid en 2016, limitaría su capacidad para ser competitiva. Sin embargo, el juez desestimó esta afirmación. “Sin embargo, tras el examen, quedó claro que dicha petición no era sostenible”, escribió el juez Adam Johnson en la sentencia.
“De hecho, ha logrado un éxito financiero considerable en el periodo transcurrido desde la firma del contrato de licencia”, expresó.
Según las cifras de la sentencia, los ingresos de ZHA superaron los 60 millones de libras en 2021, 2022 y 2023. Las cifras muestran que los ingresos casi se han duplicado desde que se firmó el acuerdo en 2013.
Al dar su testimonio, el director de Zaha Hadid Architects, Charles Walker, aceptó que el estudio tuvo “mucho éxito” financieramente, pero argumentó que los honorarios limitarían el negocio en el futuro.
“Hasta ahora está claro que el negocio ha tenido mucho éxito y que podemos permitirnos pagar el impuesto”, afirmó. “Para mí, eso no es un problema y creo que puede ser indiscutible. La preocupación es la longevidad del negocio, si puede sostener esto a perpetuidad”, continuó.
Concluyó el juez Johnson que el uso del nombre de Hadid tenía un “valor muy significativo” para el estudio y que “no hay duda de que el prestigio asociado al nombre ha contribuido al éxito de la compañía”.