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Los fenómenos de El Niño y La Niña afectan nuestro clima de maneras opuestas. El Niño trae calor y lluvia al sur de EE.UU., mientras La Niña puede causar sequías.

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En una encuesta llevada a cabo en 56 países por Statista Consumer Insights, entre el 21% y el 44% de los entrevistados consideran la protección del medio ambiente una de las cuestiones más importantes para su país.

 

Los encuestados de Brasil (44%) son los que más preocupación expresan con respecto al medio ambiente, mientras que en México y Argentina los porcentajes descienden al 40% y 27%, respectivamente.

 

Para los brasileños, eso sí, la preocupación por el medio ambiente ocupa el octavo lugar en la lista de principales retos del país, mientras que el desempleo, la pobreza y la educación figuran como las tres principales cuestiones a tratar.

Entre los países presentes en el Gráfico 1, las puntuaciones europeas oscilan entre el 40% de los italianos que consideran la protección del medio ambiente uno de los problemas más graves a resolver en su país y el 34% de los españoles. Este porcentaje de encuestados lo ve como una de las cuestiones más relevantes en España, por detrás de otros diez problemas de índole económica y social y también medioambiental (aumento de precios/inflación/costo de la vida, desempleo, sanidad/seguridad social, situación económica, vivienda, educación, pobreza, cambio climático y crimen e inmigración).

Mientras que, en Asia, el panorama es también bastante heterogéneo. El 41% de los indonesios colocan la protección del medio ambiente entre las cuestiones más importantes en su país; los indios y los chinos se sitúan en torno a la media de la encuesta mientras que los sauditas ocupan uno de los puestos más bajos de la comparación internacional.

 

 

 

A pesar de que en China e India son menos los que ven el problema, la protección del medio ambiente sigue siendo la segunda y cuarta cuestión más importante, respectivamente, por detrás de la sanidad/seguridad social en China y del desempleo, la educación y la pobreza en India.

 

Por su parte, en Estados Unidos, el 27% de los encuestados consideran que el medio ambiente es un asunto importante, en el puesto 13 de 18 temas

 

Cómo afectan El Niño y La Niña

Según los meteorólogos, es probable que el huracán Beryl formó parte de una serie de fenómenos meteorológicos extremos en el Atlántico esta próxima temporada. Esta predicción se basa en parte en el hecho de que el Atlántico ha registrado temperaturas cálidas en la superficie del mar, así como en la expectativa de que el fenómeno climático conocido como La Niña ocurra este año.

La Niña y El Niño son dos partes de un fenómeno climático llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), que describe los cambios de temperatura entre el océano y la atmósfera en el centro-este del océano Pacífico ecuatorial. Estos episodios suelen tener lugar cada dos a siete años, dependiendo de las condiciones entre Australia y Sudamérica, y duran entre nueve y 12 meses, aunque no siempre se alternan y también es posible una fase neutra del ENOS.

El Niño se produce con más frecuencia que La Niña

El Niño tiene lugar cuando los vientos alisios se debilitan y las aguas superficiales del mar, inusualmente cálidas, son empujadas hacia el este, forzando la corriente en chorro del Pacífico más al sur de lo habitual. Según la NOAA, esto provoca un tiempo más húmedo que la media en el sureste de Estados Unidos y la costa del Golfo de México, pero temperaturas más cálidas que la media en el norte de Estados Unidos y Canadá. Mientras tanto, el sudeste asiático, Australia y África central suelen esperar condiciones más secas en esta época.

 

Los fenómenos de La Niña, por su parte, se caracterizan por vientos alisios más fuertes de lo habitual. Mientras que las aguas cálidas son empujadas hacia Asia, la costa occidental de América ve cómo las aguas frías suben a la superficie y la corriente en chorro se desvía hacia el norte. Esto significa que los patrones meteorológicos tienden a ser opuestos a los de El Niño, con sequías en el sur de Estados Unidos, pero más precipitaciones en Australia y el sudeste asiático. Los huracanes también son más probables en la cuenca atlántica.