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 Desde 2016 se había alertado a Tesla que la empresa Solar City tenía  problemas; Musk alegó que era necesario desarrollar PowerWall, su sistema de baterías solares.}

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El controversial CEO de Tesla, Elon Musk, al comparecer ante un juez sobre la compra de la empresa Solar City, especializada en paneles solares en 2016, era necesaria para para la compañía y lograr el objetivo de caminar hacia una transición de energías sostenibles.

Posterior a una audiencia que completó ocho horas de testimonio en dos días, como medio de defensa ante una demanda presentada por fondos de pensiones sindicales y administradores de activos, sobre presiones de Musk para comprar a Solar City, habrían denunciado falta de liquidez de la empresa en cuestión.

La compra, que significó el desembolso de 2,600 millones de dólares (mdd), además implicó una participación del 22% de Musk en Tesla como en SolarCity, que fue fundada por sus primos.

Ahora, los accionistas de Tesla quieren que Musk devuelva el valor.

Durante la comparecencia, Musk respondió a diversas preguntas  ante el juez Joseph Slights, quien decidirá si es responsable.

Como se recordará, Tesla tenía problemas en 2016 para desarrollar PowerWall, su sistema de baterías solares.

Los accionistas cuestionaron la necesidad de comprar SolarCity y preguntaron a Musk si se consideraba a otras empresas solares como objetivos de adquisición, ante lo que Musk dijo constantemente al tribunal que el directorio de Tesla gestionó principalmente el acuerdo de SolarCity y que él se negó a participar en las negociaciones.

Ante el juicio, en un artículo de The Washington Post destacó que el paralelismo del juicio con la historia de Dédalo (personaje mítico que creía podía volar): “es un referéndum sobre su propio liderazgo, integridad y visión. Dicho de otra manera: se trata de si es Dédalo (como se iba a llamar el proyecto de Solar City), el ingenioso autor intelectual, o Ícaro, coqueteando con el desastre y destinado a una trágica caída”.

El abogado de los demandantes, Randall Baron, inquirió en diversas ocasiones al jefe de Tesla, refiriéndose a su oferta de SolarCity y lo malo que fue su compra.

La segunda persona más rica del mundo fácilmente podría haberse permitido resolver el caso de SolarCity fuera de los tribunales, como lo hicieron todos sus compañeros de la junta directiva de Tesla el año pasado. En cambio, eligió luchar contra él. 

“Y así pasó el lunes y el martes en una triste sala de audiencia de Delaware, defendiendo su reputación contra un abogado empeñado en exponerlo como un fraude egoísta, incluso cuando sus compañeros multimillonarios Richard Branson y Jeff Bezos se encontraban en varias etapas de aventuras en el espacio. (Jeff Bezos es dueño de The Washington Post)”.

El Post agregó que “El costo de esa defensa es un nuevo escrutinio del historial de Musk y, por implicación, su aptitud para liderar. El lunes, Musk no se hizo ningún favor al llamar a Baron "un mal ser humano", o al insistir en que "más bien odio" ser director ejecutivo de Tesla. Pero sus intercambios con Baron en varias ocasiones ofrecieron una idea de cómo Musk se ve a sí mismo y cómo justifica las acciones que otros encuentran preocupantes o incomprensibles”.

¿Por qué Musk hace promesas poco realistas de forma rutinaria? ¿Eso lo vuelve deshonesto o es crucial para su éxito?, concluye el artículo de Will Oremus.

Con información de Reuters, The Washington Post y Business Insider.