Debido a que la pandemia modificó la manera de comprar de cuatro de cada cinco mexicanos, desde los tipos de productos, la forma en que los adquirían, hasta la frecuencia, cantidades, formatos y precio, especialistas esperan que las empresas de consumo enfrenten seis desafíos durante el 2021.
“Los cambios afectaron directamente la disponibilidad de productos en el anaquel; incluso, en algunos meses se llegó hasta el 12% de agotados, por lo que impactó de manera importante en la venta perdida que llegó a ser de doble dígito en algunos casos”, comentó Francisco Martínez, director general de Teamcore México.
Estos impactos se pronunciaron más en las ciudades alejadas del centro del país, como Chihuahua, Baja California y Guerrero, y en las ciudades con mayor densidad poblacional como la Ciudad de México, en donde se llegó a niveles del 15% de agotados entre marzo y julio del 2020.
No obstante, el crecimiento en la adopción de compras en línea no fue factor para compensar la mercancía agotada. Si bien el 32% de los consumidores incrementó compras de abarrotes por esta vía, en comparación al periodo previo a la pandemia, gran parte de estas transacciones las realiza un usuario.
Este único usuario acude “al mismo anaquel a buscar el producto y se genera el mismo efecto de venta perdida o aún mayor, porque muchas veces este comprador no tiene la facultad de cambiarlo por un artículo sustituto”, añadió Martínez en un comunicado.
Así, se espera que las empresas de consumo enfrenten seis grandes desafíos en este 2021:
-Crecimiento en el consumo. Con las perspectivas de crecimiento económico tan moderadas, los fabricantes y minoristas tendrán que trabajar de una manera exhaustiva y sincronizada para garantizar una disponibilidad perfecta en los puntos de venta y una estrategia promocional efectiva para capitalizar las transacciones. Las herramientas tecnológicas serán útiles para procesar millones de datos en accionables concretos y priorizados en tiempo real.
-Omnicanalidad. Con el incremento de las compras en línea en el último año, esta estrategia toma una mayor importancia, por la relevancia que tiene para los retailers operar de manera alineada y eficiente tanto la tienda online como el piso de ventas. El ecosistema digital permite conocer mejor las preferencias y comportamientos de los usuarios, así, las marcas y las tiendas crean una mejor experiencia de atención y compra en cualquiera de los canales.
-Colaboración retailer–fabricante. Con un comprador que se ha hecho más exigente en términos de personalización, experiencia, agilidad y valor por su dinero, ahora más que nunca se hace necesario que retailers y empresas de consumo colaboren como socios de negocio para satisfacer las necesidades de los consumidores.
-Gestión remota e intermitente. El aprovechamiento de la Inteligencia Artificial, el Machine Learning y el Internet de las cosas debe acelerarse para que la operación pueda hacerse más a la distancia. El uso de plataformas permite aprovechar las posibilidades para dar completa visibilidad de las oportunidades de venta a las marcas de consumo y entregar tareas automáticas.
-Nuevas estacionalidades. Con el aislamiento social y las restricciones de movilidad, los viajes durante las vacaciones escolares disminuyen y los niños estudian en el hogar, por lo que aumenta el consumo de productos en grandes presentaciones dentro de casa. Las celebraciones multitudinarias pasan a un formato privado y la vida social y el consumo de categorías indulgentes se concentra en el hogar, lo que genera patrones de consumo que las marcas requieren identificar para ofrecer productos de demanda y asegurar que estén disponibles.
-Inteligencia y visibilidad integradas de la cadena de suministro. Mientras se mantenga la pandemia y el confinamiento, los cambios de hábitos del consumidor seguirán afectando la demanda. Entonces, la precisión del inventario es fundamental, junto con la capacidad de ver lo que sucede en tiempo real y la anticipación para gestionar los agotados.