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Desde el día de ayer, el canciller mencionó que estaba en problemas el “edificio” de la cooperación con Estados Unidos. 

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Durante la conferencia mañanera, y ante pregunta expresa de la prensa, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no hubo presión de las Fuerzas Armadas por el caso de la detención del general Salvador Cienfuegos en Estados Unidos: 

“No, no. No admitimos presiones de nadie. Estoy interesado en que siempre se conozcan los hechos y prevalezca la verdad y la justicia”. 

Dijo en cambio, que la liberación por parte de una jueza en Estados Unidos fue un acto de soberanía: 

“Es respeto a nuestra soberanía o respeto mutuo (…) así queremos que se siga manteniendo la política exterior de México, que nos respeten, no somos colonia, no somos un protectorado, somos un país independiente, libre, soberano y sabemos respetar a todos los gobiernos y también establecer relaciones de cooperación para el desarrollo”.

Por su parte, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, señaló que de no haberse cumplido el regreso del General, se habría caído el “edificio” de la cooperación bilateral entre México y Estados Unidos: 

“No entraría al terreno de la especulación (…) pensemos que es un edificio con muchos pisos y de pronto le quitas un pilar al edificio. ¿Qué va a pasar con el edificio? Se va a venir abajo. Eso es (…) tenemos una cooperación; creo que somos los dos países que tenemos una cooperación más amplia en materia de seguridad de todo el mundo (…) desde aduanas, intercambio de información de personas que entran y salen de los dos países, seguimientos financieros, seguimiento a las armas. Entonces (…) no puedes quitarle una columna al edificio, porque se viene abajo”.

Ebrard especuló que en primera instancia, Salvador Cienfuegos vendría como un ciudadano libre y que correspondería a la Fiscalía General de la República, determinar si hay algún asunto legal en su contra: 

“Viene como ciudadano en libertad, lo va a transportar el U.S. Marshals Service porque es lo que le están pidiendo a la juez, ‘ponlo en libertad porque se desestiman los cargos que se presentaron’  (…) y que se ponga a disposición de la Fiscalía General de la República. Y a partir de ese momento en libertad, la fiscalía (…) toma las decisiones jurídicas que procedan.

“Va a recibir a un ciudadano mexicano en libertad y acaba de recibir hace unos días la evidencia que obra en poder del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. De ahí en adelante corresponde a la FGR y al Ministerio Público definir los pasos procesales que van a seguir en los próximos días y semanas”.

DEA, fuera de México

Aunque Ebrard Casaubón aseguró que la decisión se tomó en respeto a los acuerdos de seguridad entre ambos países, un funcionario estadounidense ligado al caso habría revelado a The Washington Post que fiscales del Distrito Este de Nueva York supuestamente atribuyeron este cambio debido a “amenazas del gobierno mexicano de limitar el papel de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en México”.

El Post aseguró que la acción fue “equivale a un revés significativo, aunque solo sea simbólico, a los esfuerzos del Departamento de Justicia contra el tráfico de drogas en México”.