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Bas B. Bakker y Tobias Roy, analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), refierieron que una vez que la reactivación económica del país cobre ímpetu, será importante restablecer la salud de las finanzas públicas.

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De acuerdo con especialistas, pese a que el confinamiento derivado del COVID-19 perjudicó la actividad económica de Paraguay, las medidas de contención adoptadas dieron resultado porque las autoridades actuaron con rapidez y firmeza. Recordaron que el primer caso se reconoció el 7 de marzo y para el 20, el país estaba bajo confinamiento total, que duró hasta el 3 de mayo. El Ministerio de Salud Pública aprovechó ese tiempo para ampliar la capacidad de análisis clínicos y rastreo de contactos, lo cual permitió poner en marcha un programa de reapertura gradual, 'cuarentena inteligente'.

Bas B. Bakker y Tobias Roy, analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), refierieron que una vez que la reactivación económica del país cobre ímpetu, será importante restablecer la salud de las finanzas públicas. El déficit debe regresar al tope de 1.5% del PIB contemplado en la Ley de Responsabilidad Fiscal; ya que el ritmo de la recuperación determinará cuándo se llegará a esa meta. "El país tendrá que encontrar un equilibrio entre reconstituir los márgenes de protección y continuar brindando apoyo a la población y la economía".

En un artículo, añadieron que para reducir el déficit, será crucial contar con un gasto eficaz y con un ingreso fiscal más abundante: “El cociente ingreso fiscal/PIB del gobierno paraguayo es extremadamente bajo, más o menos igual al de África subsahariana y muy inferior al de otros países emergentes. La reforma tributaria del año pasado constituye un primer paso positivo, pero posiblemente no sea suficiente para movilizar el ingreso interno”.

Asimismo, será importante seguir reduciendo la brecha de ingreso respecto de los países ricos, pues antes del estallido de la pandemia, el crecimiento de Paraguay tenía probabilidades de resultar más lento que el registrado en los 15 años previos, ya que algunos de los factores que lo habían propulsado habían perdido fuerza. Sin embargo, señalaron como acertado el ambicioso plan de recuperación económica que el gobierno anunció.

A corto plazo, apunta a una mayor inversión pública, garantías de préstamo para empresas informales y pequeñas y transferencias sociales a los hogares pobres. Propone también importantes reformas estructurales, incluida la de la función pública, una evaluación de la ley de responsabilidad fiscal, una reforma administrativa del Estado y mejores sistemas de contratación pública. Todas estas reformas ayudarán a estimular el crecimiento de Paraguay, y son contados los países que han concebido un plan tan holístico de cara a la crisis.

Cabe recordar que para poder financiar un déficit fiscal más alto, Paraguay solicitó al FMI un préstamo en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR); a fines de abril se aprobó un préstamo de 274 millones de dólares, que se vieron complementados por la ayuda de otros organismos internacionales.