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La cápsula Crew Dragon de la misión Demo-2 fue lanzada con éxito y se convirtió en el primer cohete espacial tripulado enviado por una empresa privada.

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Mayo de 2020 podría pasar a la historia como el mes en que Elon Musk se convirtió en el dueño del espacio y atrajo las miradas de todos, luego de lanzar el primer cohete espacial privado tripulado, construido por una de sus compañías.

El empresario sudafricano es la mente detrás de grandes como Tesla y Space Exploration Tecnologies Corp., mejor conocida como SpaceX, especializada en el diseño y fabricación de cohetes y naves espaciales que busca el revolucionar la tecnología y llevar a la realidad lo inimaginable: viajes comerciales con destinos a la Luna, Marte y más allá.

Tras de haber sido pospuesta, finalmente el pasado sábado 30 de mayo se llevó a cabo la misión espacial, la cual inició con el lanzamiento del cohete Falcon 9 −creado en junio de 2010− desde Florida, Estados Unidos, lugar en el que décadas atrás despegaron los primeros hombres que llegaron a la Luna.

Luego de 12 minutos del despegue, la cápsula Dragon Crew, tripulada por los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley, se separó del cohete y comenzó un viaje independiente hacia la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) a la que arribaron tras 19 horas de un viaje histórico, en el que dos pasajeros humanos orbitaron la tierra desde que la NASA retiró su programa hace nueve años. Durante una rueda de prensa después del lanzamiento, Elon Musk habló sobre la emoción de ver cumplido el objetivo de un trabajo de 18 años: “es difícil creer que haya sucedido”, explicó.

“El trampolín funciona”, continúo, en respuesta al director de la agencia espacial rusa que anteriormente se había burlado sobre la incapacidad estadounidense de efectuar vuelos espaciales tripulados. “Es una broma entre nosotros”, sostuvo el empresario de 48 años, refiriéndose al administrador de la NASA, Jim Bridenstine, cuyo trabajo conjunto logró demostrar que no solo Rusia puede enviar astronautas a la ISS.

En esa ocasión, el también CEO de la compañía habló sobre las casi 100 mil personas que estuvieron involucradas y que ayudaron para que la misión SpaceX Demo-2 fuera un éxito; incluyendo a sus casi 8 mil empleados, otros más de la NASA y una variedad de contratistas.

En la mañana del lunes, Musk no solo había cumplido uno de sus más grandes sueños, sino que también había sumado a su cartera un aproximado de 770 millones de dólares (MDD), en un solo día; que podría traducirse como el pago de recibir 1.68 MDD en opciones de acciones.

Según información de CNN, esto fue el resultado de que, en 2018, el empresario recibió opciones para comprar 1.7 millones de acciones de Tesla a un precio por debajo de la mitad del precio actual, regido bajo un plan de compensación aprobado por los accionistas de la compañía automotriz.

Es así como Musk recibiría una ganancia aproximada de 770 millones al cierre de la negociación el pasado jueves, día en que se otorgaron formalmente las opciones; sin embargo, al viernes el valor había aumentado a casi 820 millones, mismas que subieron de nueva cuenta en las primeras operaciones del lunes. En cuanto al regreso del Crew Dragon, se espera que ocurra en no más de dos meses, antes de que la maquinaria de la nave se vea comprometida. Al respecto, la empresa pronunció: “SpaceX regresará los viajes espaciales de humanos a Estados Unidos con uno de los más seguros y avanzados sistemas desarrollados hasta ahora”.

      

El mes pasado, Musk anunció que había puesto a la venta en un portal inmobiliario casi todas sus propiedades por un precio conjunto de 100 millones de dólares. Tras ser cuestionado por la decisión durante un programa de radio de Joe Rogan, el empresario respondió: “¿Qué es más importante? ¿Marte o una casa? Dedicar tiempo a construir una casa, incluso si es una verdaderamente genial, no es un buen uso del tiempo en comparación con desarrollar cohetes para ir a Marte y ayudar a solventar la energía sostenible”.