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El Instituto Mexicano para la Competitividad, señaló que la mayoría de las urbes en el país no cuentan con sistemas eficientes y resilientes de movilidad, pues los traslados dependen mucho del automóvil.

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La mayoría de las ciudades de México no cuentan con sistemas eficientes y resilientes de movilidad, pues los traslados dependen mucho del automóvil y cuentan con poca capacidad de planeación y adaptación a eventos extremos, expone el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Y detalla que las ciudades poco preparadas para situaciones de contingencia se caracterizan por tener pocas alternativas para sustituir al automóvil particular; infraestructura insegura e inaccesible y una falta de sistemas de información, planeación y respuesta inmediata.

“Existen pocos ejemplos como el de la Ciudad de México, que incluye en su agenda de movilidad la construcción de un sistema de información y seguimiento de seguridad vial”, refiere el organismo en el reporte ‘Covid-19: Ciudades resilientes apuestan por una movilidad competitiva’; en el cual se indica que otro factor que contribuye a una correcta movilidad es la proximidad a los trabajos.

Por ejemplo, datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) refieren que solo entre el 20 y 23% de los trabajos del país ofrecen la posibilidad de realizarse vía remota. “La mayoría de ellos están concentrados en los deciles de ingreso más alto, por lo que es un reto implementar esquemas de trabajo a distancia que incluyan a los trabajadores de niveles operativos, quienes han sido los más vulnerables durante la crisis del nuevo Coronavirus al verse obligados a trasladarse para continuar con sus labores”.

Imco añade que los gobiernos locales tienen una nueva oportunidad para definir una hoja de ruta gradual que ofrezca a la ciudadanía una movilidad más segura, resiliente y competitiva. La estrategia debe contar con un cambio radical en el gasto público para priorizar el transporte colectivo y medios de transporte sustentables sobre el automóvil particular. “En 2017, a nivel nacional, solo se destinó 17% del total del presupuesto de movilidad a proyectos que contemplaron el transporte público e infraestructura ciclista”. Y hasta el 2019, solo 11 de las 32 entidades tenían una ley de movilidad que considerara todos los modos de transporte.

En ese sentido, Imco recomienda que durante la contingencia se pueda monitorear los traslados de la población en periodos cortos para verificar el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social y del regreso escalonado de las actividades; identificar las zonas con mayor concentración laboral; alinear la reactivación de las actividades en las empresas y escuelas a un plan para regresar de forma escalonada; y considerar un plan de horarios diferenciados.

Asimismo, incrementar los carriles exclusivos para unidades de transporte público; aumentar el espacio destinado a infraestructura peatonal y ciclista; reducir el espacio destinado al uso de automóviles; cierre y peatonalización de calles; y regular y facilitar la operación de iniciativas de transporte colectivo.