Especialistas coincidieron en que la pandemia por COVID-19 está dejando diversos aprendizajes en temas de movilidad en México y diversos países de la región, como el efecto positivo de repensar otras alternativas, por ejemplo, el uso de tecnologías de la información, el incremento en la infraestructura peatonal y ciclista estratégica. Así como el efecto negativo del modelo centrado en el auto en la salud de la población y la resiliencia del territorio ante la actual situación.
“Queremos tener ciudades que requieran menos movimientos, menos traslados y estamos impulsando que las soluciones se generen desde lo local, con visión metropolitana y una coordinación efectiva entre los tres niveles de gobierno”, comentó Daniel Fajardo Ortíz, coordinador Metropolitano y de Movilidad de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Señaló la importancia de actualizar los programas de planeación territorial, el diseño de calles e infraestructura verde; así como la necesidad de reforzar los sistemas de transporte públicos para hacerlos más eficientes, modernos y suficientes para atender las necesidades de movilidad de –aproximadamente- 80% de la población que actualmente los usa; así como del traslado de mercancías.
Durante el webinar Movilidad en el territorio ante la contingencia sanitaria, Mariana Orozco Camacho, directora de Vinculación Metropolitana de la Sedatu, se refirió a las medidas implementadas para facilitar el diseño de acciones y políticas públicas en materia de movilidad para hacer frente a esta y futuras epidemias. “Por ejemplo, la armonización de la normativa en materia de movilidad, el impulso a la Ley General de Seguridad Vial o el análisis del Ramo 33 para considerar infraestructura vial bajo criterios de ‘calle completa’, como un elemento transformador de las ciudades que incentiven beneficios a la salud de la población y a la economía de la comunidad”.
Para realizar el reajuste de los objetivos a corto, mediano y largo plazo en la materia, se planteó reconocer la vulnerabilidad en salud de la población mexicana y asumir nuevos liderazgos que faciliten que esta crisis se convierta en una oportunidad para transitar a un territorio con modelos de movilidad seguros, eficientes y sostenibles, a través de acciones normativas, presupuestarias y de información.