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Los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima (55 años) y Ryue Nishizawa (45 años) ganaron el Premio Pritzker de Arquitectura 2010, distinción otorgada a partir del reconocimiento por su manejo de diversos materiales de construcción para crear estructuras etéreas.

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Una pareja japonesa de pocas palabras pero de mucha expresividad, distinguida por su arquitectura limpia y transparente por sus proyectos como Christian Dior, en Tokio, el pabellón de cristal del Museo de Arte de Toledo, en Ohio, Estados Unidos, el Museo de Arte Moderno en Nueva York, entre otras obras, los hicieron acreedores al Premio Pritzker en 2010.

Los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima (55 años) y Ryue Nishizawa (45 años) ganaron el Premio Pritzker de Arquitectura 2010, distinción otorgada a partir del reconocimiento por su manejo de diversos materiales de construcción para crear estructuras etéreas. Esta pareja ha logrado el desarrollo de una arquitectura delicada y poderosa, dos valores muy preciados en la construcción. El premio es equivalente a un Premio Nobel y se otorga anualmente a arquitectos vivos que se destaquen por combinar talento, visión y compromiso, y que hayan contribuido de forma significativa para con la humanidad y el medioambiente mediante la práctica de la arquitectura.

Para el jurado, Sejima y Nishizawa son los receptores de este prestigioso galardón “por su arquitectura, que es delicada y poderosa de forma simultánea, precisa y fluida, ingeniosa pero no demasiado inteligente (o abiertamente inteligente); por la creación de edificios que interactúan de manera satisfactoria con su contexto y las actividades que recogen, creando una sensación de gran riqueza experimental; por un lenguaje arquitectónico muy singular que brota de un proceso de colaboración; por el gran número de edificios construidos y la promesa de los nuevos”.

 

Museo de Nagano, Japón
Museo de Nagano, Japón

 

Entre los proyectos mencionados están el edificio de Christian Dior, en Tokio, “con su piel translúcida”, como algunos críticos lo describen, y el pabellón de cristal del Museo de Arte de Toledo, en Ohio, Estados Unidos. Además del Glass Pavilion para el Toledo Museum of Art, el New Museum of New York City, el O-Museum en Nagano y el 21st Century Museum of Contemporary Art in Kanazawa, el De Kunstline Theater and Cultural Center en Almere de los Países Bajos, el Rolex Learning Center en Lausanne, Suiza, o el Serpentine Pavilion en Londres. En España aún no han construido nada, pero cabe destacar el proyecto de la ampliación de IVAM de Valencia.

El despacho SANAA es autor de proyectos internacionales, como los jardines Yu Xi, en Taiwán, el Museo de Arte Toledo, en Estados Unidos, y el pabellón de la Galería Serpentina, en Reino Unido.

 

¿Por qué la pareja?

 

En 1995 los japoneses fundaron el despacho SANAA, y desde 2005 trabajan en la capital de su país natal, principalmente en obras de tipo residencial y usos mixtos en Japón. Esa unión se dio primero profesionalmente, y luego sentimentalmente.

El despacho SANAA es autor de proyectos internacionales, como los jardines Yu Xi, en Taiwán, el Museo de Arte Toledo, en Estados Unidos, y el pabellón de la Galería Serpentina, en Reino Unido.

 

Ryue Nishizawa nace en Tokio en 1966. Se graduó en arquitectura en la Universidad Nacional de Yokohama y obtuvo el título de master en 1990. Al finalizar sus estudios, colaboró en el estudio de Kazuyo Sejima & Associates, hasta que en 1995 fundó SANAA, junto con la que había sido su jefa hasta el momento.

Sin embargo, no satisfecho con los proyectos arquitectónicos realizados por este despacho, decidió complementar su trabajo abriendo su propio estudio de arquitectura, en 1997, llamado: Oficina Ryue Nishizawa.

Tres años después, Nishizawa ingresó como profesor interino a la Escuela de Diseño de Harvard, donde duró solamente un año porque en 2001 se sumó a la plantilla académica de la Universidad Nacional de Yokohama, impartiendo clases de arquitectura y diseño.

Entre sus proyectos se encuentran los siguientes, todos en Japón, excepto dos, uno en China y otro en Bulgaria: Casa de Fin de Semana en Usui-gun, Casa en Kamakura, Kamakura, los departamentos Ichikawa, Chiba, los departamentos Eda, Yokohama, Japón, el Pabellón de Video, Naoshima, el Museo Tomihiro, Gunma y los apartamentos en Funabashi, Funabashi, la Casa Moriyama, Tokio, la Casa en China, Tianjin, China, el Museo-N, Kagawa, la Casa A, Tokio, el Hotel Emona, Emona, Bulgaria, el Centro de Arte de Towada, Aomori y el Jardín y Casa, Tokio.

Nishizawa es un arquitecto reconocido en todo el mundo, a pesar de que es muy reservado con la prensa, y por tal motivo es difícil conocer al ser humano; sin embargo, entre las pocas entrevistas que ha otorgado destacó que de niño nunca pensó en ser arquitecto: “Todo, menos arquitecto, nunca lo imaginé”. Mencionó que no puede inclinarse por un proyecto, pues todos le han dado satisfacción y reflexión y que si tuviera que describir una constante en su trabajo diría que sus construcciones siguen una organización bidimensional.

Se considera buen amigo, responsable, coherente y apasionado de la vida y de su profesión. Dijo que los arquitectos que más admira son Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe, Oscar Niemeyer, Frank Gehry, Rem Koolhaas y Álvaro Siza.

 

 

 

“Practicamos una arquitectura que queremos que a la gente le guste utilizar”: Kazuyo Sejima.

 

Kazuyo Sejima nació en Ibaraki, Japón, en 1956. Tiene cuerpo de niña y voz ronca, fuma sin descanso y toma café hasta perder la cuenta. Trabaja poco más de quince horas al día y duerme alrededor de cinco. En diversas entrevistas asegura que le cuesta trabajo encontrar las palabras exactas para expresarse, pero su arquitectura habla por sí sola.

En 1981 se graduó en la Universidad de Mujeres de Japón, entrando a trabajar en el estudio de Toyō Itō. En 1987 fundó su propio estudio, llamado Kazuyo and Associates, y en 1995, con base en la ciudad de Tokio, funda, junto con Ryue Nishizawa, el estudio de arquitectura SANAA (Sejima + Nishizawa and Associates).

Ha sido profesora en varias escuelas de arquitectura, como la Universidad de Keiō, Tokio, en Japón. Estuvo como profesora visitante en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, en 2006, y en la Universidad de Princeton, Estados Unidos.

Se autodescribe como una mujer que no recurre al dominio y demostración del poder “aunque también doy un grito de vez en cuando. Con todo, no me gustan los juegos de poder. En mi trabajo, tratar de entender al cliente y tratar de desarrollar mis ideas me deja sin tiempo para nada más. Por eso no soy una arquitecta que pueda hacer muchos edificios. Cada uno me cuesta mucho, me lleva mucho tiempo. Mi oficina no crecerá nunca más allá de las treinta personas que somos ahora”.

Vive en una casa en el centro de Tokio, que no diseñó ella, pues habría sido difícil y caro levantar una, en una ciudad donde apenas hay suelo. Sin embargo, declara que necesita flores y árboles cerca. Por lo que cuenta con un limonero, un manzano, un arándano y un naranjo chino, en apenas tres metros cuadrados.

Su inclinación hacia la arquitectura nació cuando ella tenía ocho años, sus padres decidieron hacerse una casa y compraron revistas para buscar ideas. Un día, por casualidad vio una que mostraba una fotografía de la casa de Kiyonari Kikutake, un arquitecto metabolista, el maestro del que luego sería su maestro, Toyo Ito. “Yo no tenía ni idea de que la casa era famosa, pero me sorprendió y me fascinó. Tanto, que me involucré mucho en la construcción de nuestra casa”.

 

“Practicamos una arquitectura que queremos que a la gente le guste utilizar”, expresa de su propia arquitectura Sejima. SANAA es calificado como la unión de dos mentes intrínsecamente japonesas, defensores de una arquitectura abierta que explora todas las posibilidades del espacio, se integra en su entorno inmediato y se adapta a cualquier presupuesto.

Sus obras, armónicas y optimistas, parecen sencillas, pero son fruto de la complejidad técnica y un intenso proceso de refinamiento en busca de la esencia de la arquitectura, como destacó en su fallo el jurado del Pritzker. Para quienes decidieron que eran merecedores del galardón, esta pareja oriental explora el fenómeno del espacio, la ligereza, transparencia y materialidad, características que reconocen que el dueto busca las cualidades esenciales de la arquitectura y consiguen formas sencillas a partir de una gran economía de medios.

 

Museo de arte contemporáneo en Nueva York
Museo de arte contemporáneo en Nueva York

 

Sejima y Nishizawa, fieles a la fama de reservados de la que gozan los japoneses, no han publicado de momento ningún tratado teórico sobre arquitectura; sin embargo, su legado son sus obras, entre las que destacan varios museos. Cabe destacar que Sejima es la segunda mujer en lograr el Pritzker, junto a la iraní Zaha Hadid. Sejima es directora de la Exposición Internacional de Arquitectura de Venecia 2010, desde la que quiere ayudar a que la sociedad se relacione con la arquitectura y ofrecer espacios que permitan encuentros artísticos.

 

Desde Chicago para el mundo: El Premio Pritzker

 

 

Desde 1979 el Premio Pritzker es entregado en vida a un arquitecto que ha tenido contribuciones significativas a la humanidad y el entorno construido a través del arte de la arquitectura. Toma el nombre de la familia Pritzker, originaria de Chicago, Estados Unidos, quienes entre sus múltiples negocios cuentan con la cadena de hoteles Hyatt.

De ahí que la Hyatt Foundation otorgue este importante premio dentro del mundo de la arquitectura. El apoyo de familia Pritzker a la educación y las actividades culturales, científicas y médicas es conocida. El premio fue fundado por Jay A. Pritzker, y hoy en día es su hijo mayor, Thomas J, Pritzker, el presidente de la Fundación.

La metodología del Pritzker toma como modelo el Premio Nobel. Los galardonados reciben una subvención de 100 000 dólares, un certificado de citación formal, y desde 1987, un medallón de bronce. Antes de ese año, se daba una edición limitada de una escultura de Henry Moore a cada laureado.

La medalla de bronce que se entrega a los galardonados se basa se los diseños de Louis Sullivan, arquitecto considerado el padre de los rascacielos. En un lado aparece el nombre del premio y en el otro hay tres palabras inscritas: firmness, commodity and delight que se corresponden con los tres elementos de la arquitectura de Henry Wotton, en referencia a lo escrito por Vitruvio en sus libros de arquitectura: “el final es construir bien. Las buenas construcciones tienen tres condiciones: solidez, utilidad y belleza”. 

Durante la nominación, ningún miembro de la familia Pritzker está presente. El lugar de celebración es elegido antes que el galardonado sea seleccionado, por lo que no hay ninguna conexión entre ambos. Se eligen lugares diferentes como homenaje a la arquitectura de otras épocas o trabajos de pasados galardonados.


Texto:Angélica Hernández

Foto:Real Estate Market & Lifestyle