Cada metrópoli alrededor del mundo tiene un espíritu propio, una identidad que ostenta en todos sus rincones; es el reflejo de la historia de una cultura, el testimonio en su evolución desde sus raíces más profundas hasta las más modernas construcciones que se erigen sobre ella.
Como parte de esta cultura están las representaciones artísticas, que han encontrado cabida fuera de los recintos tradicionales como museos o edificaciones antiguas, y que ahora adornan las avenidas más representativas de distintas metrópolis.
Más allá de sólo embellecer el semblante de una ciudad, las obras de arte son su esencia cultural, y al integrarse a su infraestructura forman grandes obras del denominado arte urbano.
Nueva York.
Conocida como la capital del mundo por excelencia, Nueva York es La metrópoli. Cada uno de los aspectos fundamentales de la civilización moderna se ven reflejados en su máximo expresión en esta ciudad. Y además de ser el centro económico, financiero, tecnológico, mediático y artístico, no podía quedarse atrás en cuanto a arte público.
Más de 300 obras se encuentran repartidas a través de las cinco demarcaciones de Nueva York, principalmente en Manhattan, en donde pueden admirarse estatuas que retratan a personajes como George Washington, Benjamin Franklin, Juana de Arco, Miguel de Cervantes Saavedra, Confucio, Mahatma Gandhi, Miguel Ángel y Vladimir Lenin.
Asimismo, frente al edificio Marine Midland, se encuentra el famoso Red Cube, de Isamu Noguchi, mientras que en Central Park, están emplazadas varias figuras, como la famosa Alicia sentada en un gran hongo; además de estatuas del General Sherman, Simón Bolívar, José Martí y Ludwig van Beethoven.
Por su parte, Brooklyn exhibe varias obras en la zona de la Grand Army Plaza; y Queens cuenta con el Flushing Meadows – Corona Park, en donde se encuentran la célebre Unisphere y el Rocket Thrower.
Londres.
Ocupando el área urbana más grande la Unión Europea, Londres es uno de los puntos neurálgicos en este lado del mundo, pero además de ser un importante centro financiero, también brinda una diversa oferta cultural que se encuentra no sólo en el Tate Modern o el Victoria and Albert Museum.
Tan sólo en la zona de Westminster hay decenas de estatuas y bustos que honran a diversos personajes de la historia británica. Entre los artistas que se encargaron de la creación de estas obras están Auguste Rodin, Henry Moore, Sir Alfred Gilbert, Sir Jacob Epstein y Elisabeth Frink. Estas obras pueden encontrarse a través de todo Londres. Es el caso de The Burghers of Calais, de Rodin, una de las obras más famosas del escultor francés, ubicada en el Jardín de la Torre Victoria.
Por su parte, las exhibiciones al aire libre también han sido de trascendencia, como las esculturas Event Horizon, de Antony Gormley, que en 2007 fueron colocadas sobre los techos de edificios prominentes, encarnan no sólo figuras humanas (cuyo molde fue el mismo Gormley) observando el horizonte, sino también una metáfora de alienación y anonimato para la vida urbana.
Otras estatuas son de más reciente creación, como lo es la que retrata a Yuri Gagarin, el primer ser humano en el espacio, y que fue otorgada por la Agencia Espacial Federal Rusa al British Council, en conmemoración por los 50 años de la primer misión tripulada al espacio. Mientras que el arte moderno se hace presente con Angel’s Wings¸ de Thomas Heatherwick.
París.
Ciertamente, la Ville-Lumière es una obra de arte por sí misma; la sola arquitectura que lucen sus principales edificios, como el Louvre o el Centre Georges Pompidou, es digna de admiración estética. No obstante, el arte público ha sido parte del paisaje parisino durante mucho tiempo, algunos de ellos discretos, y otros totalmente cautivantes con un simple vistazo.
Las estatuas y esculturas van desde las históricas, como la del rey Enrique IV, La République, y la figura de Napoleón en el palacio de Les Invalides. Asimismo, y gracias al apoyo del Consejo de la ciudad de París, el arte contemporáneo brinda obras como las coloridas formas de la Fuente Stravinski en el Pompidou; la cúpula Le Kiosque des noctambules¸ ubicada sobre la entrada de la estación del metro Palais-Royal; Danse de la fontaine emergente, que retrata un enigmático dragón de cuerpo traslúcido; y Tour d’exercice, erigido en honor de los bomberos del 17 arrondissement de París.
Barcelona.
La metrópoli española es residencia de importantes recintos como el Museo Reina Sofía, la Fundación Joan Miró y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Pero a través de sus avenidas se encuentran diversos despliegues de arte.
A través de las calles de Barcelona, se pueden admirar esculturas como Los aragoneses a Goya, y Font de Gall. Las obras más modernas incluyen a Barcelona´s Head, del artista pop Roy Lichtenstein; Dona i Ocell¸ de Joan Miró; Barcelona Olímpica, de Joan Mora, y ubicada en la Casa de la Ciudad de Barcelona; Forma i Espai, de Eudald Serra; Drac, de Andrés Nagel; y el Font del Drac, de Antoni Gaudí, entre muchas otras.
Ámsterdam.
Los Países Bajos no podrían pedir una ciudad más bella y acogedora como su capital. Ámsterdam es una de las principales urbes del mundo, y es sede de varias atracciones turísticas, entre ellas diversos e impresionantes museos, como es el Rijksmuseum, el Museo Van Gogh y el Hermitage Amsterdam.
Las obras de arte público, no obstante, son también un baluarte importante de esta ciudad. Éstas, en su mayoría, fueron creadas a partir de personajes históricos o que tienen una estrecha relación con el sitio. Entre las que destacan, se encuentran la estatua de un león en Dam Square; la figura ecuestre de la Reina Wilhelmina; una representación de Anna Frank; y la figura erigida en honor a Rembrandt.
Milán.
Esta ciudad italiana destaca no sólo por su preponderante papel en aspectos como el diseño y la moda, sino también como un centro artístico de enorme importancia, al ostentar el testimonio cultural de muchas épocas a través de la historia. En sus edificios se despliegan estilos que van desde la arquitectura gótica, Art Nouveau, y el Neoclásico.
Por su parte, dentro del arte en espacios públicos, predominan las esculturas neoclásicas y barrocas, y consisten principalmente en representaciones sacras e históricas, ubicadas en las edificaciones principales de la metrópoli, como lo es la Catedral de Milán, el Cementerio Monumental de Milán, Palacio Real de Milán, el Arco de la Paz, y la Piazza del Duomo.
Praga.
La caída del Muro de Berlín permitió que la capital de la República Checa se abriera al mundo, y desde entonces, esta ciudad se ha posicionado como uno de los principales centros turísticos en Europa, al ser la sexta metrópoli más visitada del viejo continente.
A diferencia de muchas ciudades europeas que padecieron los efectos destructivos de la Segunda Guerra Mundial, mucha de la arquitectura histórica de Praga permanece intacta hasta nuestros días. De esta manera, se pueden admirar, tanto en sus edificios como en las obras de arte públicas, estilos que van desde el barroco hasta el ultra-moderno.
Uno de los lugares donde pueden apreciarse obras de arte al aire libre es el Charles Bridge, puente que conecta al Castillo de Praga con la localidad de Old Town, y a través del cual se encuentran 30 estatuas que retratan a varios santos del siglo XVIII.
Ciudad de México.
La capital mexicana es un verdadero baluarte histórico y cultural por muchas razones, pero una de las principales es por la cantidad de trabajos artísticos que se encuentran por sus calles. Esculturas, murales y otras obras están emplazadas por distintos puntos de ella.
Paseo de la Reforma, la avenida más importante de la Ciudad de México, cuenta con varias estatuas de personajes históricos a lo largo de ella, pero destacan indudablemente el Ángel de lndependencia; El Caballito; la Diana Cazadora y Simón Bolívar. Asimismo, en el Centro Histórico se encuentran otras varias como lo es la escultura ecuestre de Manuel Tolsá, que alguna vez se encontró también en Reforma, pero que ahora adorna la calle de Tacuba.
Texto:Real Estate Market & Lifestyle
Foto: PANORAMIO, ARTEX,