En un mundo que enfrenta desafíos ambientales cada vez más complejos, la arquitectura y el desarrollo inmobiliario deben evolucionar. La bioarquitectura es una disciplina que se centra en el diseño y la construcción bajo los principios de sostenibilidad y respeto al medio ambiente.
A diferencia de la arquitectura convencional, la bioarquitectura busca la creación de diseños habitables con un bajo impacto ambiental y que, a la par, promuevan la salud y el bienestar de quienes la ocupan.
Fazlur Rahman Khan.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que más de mil 600 millones de personas viven en viviendas inadecuadas, por lo que el lograr albergar a miles de millones de personas de manera cómoda y, al mismo tiempo, reducir radicalmente las emisiones, es un desafío importante al que nos enfrentaremos en las próximas décadas.
Fazlur Rahman Khan (1929-1982) fue un arquitecto e ingeniero bangladesí que nombró, por primera vez, la “prima por la altura”, que dicta que entre más alto es el edificio, más emisiones generan a lo largo de su ciclo de vida. “Los edificios altos utilizan más materiales estructurales, normalmente hormigón y acero con alto contenido de carbono”.
Hoy en día, existen dos tareas a resolver: primero, reducir la ineficiencia energética –responsable de una parte significativa de las emisiones globales de CO2–; segundo, satisfacer las demandas estéticas y comerciales de la sociedad moderna.
La práctica de la bioarquitectura tiene algunos principios fundamentales, como la utilización de materiales sostenibles, naturales, renovables o reutilizables. La empresa mexicana Greenfluidics, por ejemplo, resaltó la importancia de las fachadas como “auténticas pieles para las edificaciones [las cuales] prometen transformar cada rincón de nuestras ciudades en un pulmón verde, vibrante y sostenible”.
Torre Quay Quarter, en Australia.
Biopaneles: una revolución en la fachada
Ellos diseñaron el Biopanel Solar Inteligente, con tecnología patentada, que fusiona biotecnología con energía fotovoltaica y es capaz de generar energía limpia y mitigar emisiones de carbono. “Estos biopaneles marcan el comienzo de una nueva era en la bioarquitectura” debido a su diseño único: una estructura triangular y modular que alberga microalgas, las cuales, al interconectarse a través de la edificación, no solo crean una fachada visualmente impactante, sino que también funcionan como un sistema integrado de gestión térmica.
Estos paneles están principalmente compuestos de vidrio y aluminio, y juegan un papel crucial en la salud ambiental. Su capacidad para absorber CO2 del ambiente y liberar oxígeno simula la eficiencia de un bosque urbano, pero con una mayor eficacia y menor impacto espacial. La Inteligencia Artificial incorporada permite monitorear y correlacionar datos ambientales.
Cada biopanel, con un área de aproximadamente 1 m², no solo es capaz de mitigar hasta 200 kg de CO2eq anualmente, sino que también ofrece un ahorro energético anual de hasta 260kWh/m². Esta eficiencia se complementa con una transparencia del 60%, permitiendo el paso de la luz natural y contribuyendo así al confort térmico y visual dentro de los edificios.
El impacto y la innovación de Greenfluidics han sido reconocidos globalmente. Desde ser aclamada como la principal invención de América Latina por MIT TechReview en el 2020, hasta su destacada participación en la Expo Dubái 2020, Greenfluidics se ha consolidado como un líder emergente en tecnología climática.
El respaldo de instituciones de renombre como la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y la colaboración con el Instituto Fraunhofer en Alemania, destacan la importancia de Greenfluidics en el escenario de sostenibilidad global. Participando en programas prestigiosos como el Techstars Paris Sustainability Accelerator y representando el Desafío Global Lead2030 para el ODS 13 Acción por el Clima de Deloitte, Greenfluidics no solo muestra su compromiso con el medio ambiente, sino que también se establece como un referente en la innovación y aplicación práctica de soluciones sostenibles a nivel mundial.
The Met, en Bangkok.
Ejemplos pioneros en la bioarquitectura
Porque es mucho mejor adoptar estrategias de eficiencia y bajas emisiones de carbono, desde hace algunos años, algunos edificios han buscado implementar la bioarquitectura en su diseño.
El edificio de oficinas TU Wien Plus-Energy en Viena es un edificio que data de los años 70 y que fue modernizado en los últimos años. Le integraron una fachada súper aislada y hermética, un sistema de recuperación de calor y ventilación nocturna. La energía primaria que generaba se redujo de 803 kilovatios-hora por metro cuadrado al año, a solo 56kWh/m2 en el mismo periodo.
El uso de madera ha sido también una de las propuestas en la arquitectura sostenible al tener la ventaja de generar menores emisiones de carbono. El edificio Sara Kulturhus Center de White Arkitekter, por ejemplo, está construido con madera contralaminada y madera laminada encolada.
La eliminación de calor podría ser otra de las soluciones, The Met, en Bangkok, cuenta con balcones profundos que brindan sombra del sol y los vacíos crean vías para sacar este calor, permitiendo también que las unidades tengan ventilación cruzada. De esta forma, se reduce la necesidad del aire acondicionado.
TU Wien Plus-Energy, en Viena.
Finalmente, pensar en modernizar, reutilizar y reinventar las torres existentes es siempre mejor que pensar en demoler y reconstruir. Claro ejemplo es la Torre Quay Quarter –galardonada como el Mejor Edificio Alto del Mundo en 2023 por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CBTUH)– ubicada en Sídney y remodelada por 3XN y BVN.
Su diseño original data de 1976, y su reconstrucción contempló el mantenimiento del núcleo y gran parte de las placas ya existentes. Este enfoque permitió la reducción del carbono incorporado en alrededor de 8 mil toneladas en comparación con una construcción nueva.
En 2022, el ganador de este premio fue el edificio David Rubenstein Forum, Chicago de Diller Scofidio & Renfro. En ese entonces, el director general de Consejo, Javier Quintana de Una, señaló: “Dado que las Naciones Unidas proyectan una urbanización de casi el 70% para 2050, la demanda de entornos urbanos más saludables, más sostenibles y socialmente justos está creciendo”.
Sara Kulturhus Center, en Suecia.
Texto:Alejandra Cañedo
Foto: CONOCEDORES / BAYO SAPUTRA / BUSTLER / WIKIPEDIA / STYLEPARK