La arquitectura es el reflejo de la sociedad. En la mayoría de las circunstancias, el diseño arquitectónico es definido por el entorno, respondiendo a las necesidades y contexto en el que se encuentra la comunidad, haciéndolo siempre de forma responsable.
El diseño de proyectos arquitectónicos que logran brindar seguridad y aseguran el desarrollo responsable de la sociedad son los que se sustentan principalmente en tres aspectos básicos, sin importar la magnitud del proyecto:
- Sustentabilidad económica. Los proyectos deben de ser viables en términos económicos y crean una oportunidad de negocio tanto para clientes como para usuarios.
- Sustentabilidad ecológica. Es importante generar un equilibrio amable y cuidadoso con el medio ambiente.
- Sustentabilidad social. Para que el proyecto genere un sentido de pertenencia y proximidad con la sociedad.
La sustentabilidad económica hace énfasis en el aprovechamiento óptimo de recursos y la rentabilidad del proyecto para el desarrollador e inversionistas.
Por otro lado, hoy en día existe una mayor conciencia, más aceptación y búsqueda para gestionar y promover edificios certificados —en la medida de lo posible— que garanticen el uso adecuado de los recursos naturales; también de generar el menor impacto negativo del proyecto en su entorno inmediato y hacia el medio ambiente, siendo sustentable ecológicamente.
Asimismo, es indispensable tomar en cuenta el aspecto social, es decir, crear espacios saludables y adecuados con los satisfactores y recursos necesarios para las actividades humanas, ya que éstas se llevan a cabo en su mayoría en edificaciones, que debido a la gran densidad de las ciudades, son más eficientes de manera vertical.
Otro aspecto a considerar en la sustentabilidad social es la tranquilidad del usuario; planificar espacios en los que pueda desempeñar las actividades mencionadas de manera segura. Por ejemplo, diseñar resguardos seguros y vías de escape claras y de fácil acceso en caso de incendio, terremoto o algún otro tipo de desastre natural.
Así como existe una Certificación LEED y estos edificios tienen mayor valor económico para sus habitantes por la responsabilidad hacia el uso de recursos naturales que conllevan, es indispensable diseñar para alcanzar una certificación “SAFETY”. Dicha certificación comprenderá la seguridad del usuario para garantizar su bienestar.
Texto Juan Pablo Vázquez
Foto: GVI