Por Notimex CIUDAD DE MÉXICO.- El sector patronal coincidió con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en que la economía del país caerá 5.5% este año, lo que implicará una pérdida de 450 mil empleos. En conferencia vía telefónica, desde Portugal, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada, dijo que ahora el país paga el costo de no haber concretado las reformas estructurales desde hace varios sexenios. Dijo que en la medida en que se han pospuesto las reformas que podrían garantizar la generación de más empleos, "en esa medida estamos pagando, de una manera más obvia y evidente, la falta de competitividad". Tras participar en un foro de la OCDE, dijo que la crisis económica implicará la pérdida de hasta 50 millones de empleos en todo el mundo durante 2009, al caer el PIB entre 2.7 y 3.0%, mientras que en 2010 se espera una contracción de 0.1%, por lo que será en 2011 cuando se empezará a tener una recuperación "relativamente sostenida" a nivel mundial. González Sada recordó que los pronósticos oficiales del crecimiento de la economía de México se han ido deteriorando desde finales de 2008, cuando se esperaba que el país creciera entre 1.5 y 1.8% en 2009. Consideró que los bancos centrales han empezado a tener efecto y ya hay perspectivas "menos complejas" para el sector financiero, pero los riesgos aún prevalecen en diferente grado para cada sector. Agregó que en algunos países desarrollados se han promovido tasas de prácticamente 0% para reactivar al consumo y al mercado. El reto, precisó, es recobrar la confianza de los consumidores, evitar barreras proteccionistas en el comercio y que las instituciones financieras adopten regulaciones. El empresario puntualizó que "hay señales mixtas" a nivel mundial que indican que la economía ya no está "en caída libre", pero, insistió, eso es diferente a afirmar que no se está en recesión. Recordó que la contracción del comercio internacional se ubica en 13%. Recomendó a los gobiernos hacer uso de las herramientas fiscales, considerando que esas intervenciones surten un efecto paliativo, "ayudan a reducir la virulencia de la contracción económica y financiera, pero luego tendrán que cobrar la factura". Es decir; "primero debe sacarse al paciente del estado de coma" y luego cuidar que "las inyecciones masivas" de liquidez no se traduzcan en inflación.