La Fabrica, como se nombró, se basa en la reutilización del lugar, extendiéndose a un sitio adyacente con un desarrollo residencial de 550 unidades. Según el Plan Maestro, se trata de un “modelo ideal para vivir y trabajar que mira firmemente hacia el futuro”.

El jefe de estudio de Foster + Partners, David Summerfield, sostuvo: “La Fabrica ofrece una oportunidad increíble para entrelazar el patrimonio industrial de la ciudad con la necesidad de establecer un modelo de desarrollo sostenible”.

Con la mitad del edificio actualmente ocupado por un centro comercial, el desafío al que se enfrentó la firma fue el de conciliar la ventilación natural en toda la zona, mientras se densificaban los bordes del sitio para responder al sentido urbano circundante.

Entre las principales adiciones, se diseñó un bulevar peatonal protegido que cruza el centro del edificio. Con un techo elevado sobre este eje central, activa “el corazón del edificio” y permite a los visitantes apreciar el techo abovedado de la época, que permite la entrada de luz natural.

Es en la esquina noroeste de La Fabrica donde se construirá el nuevo desarrollo residencial de baja altura y alta densidad. Contará con una plaza central octogonal y alrededor de ésta se dispondrán cuatro bloques residenciales de ocho plantas. Los apartamentos, serán diseñados de tal forma que puedan acomodarse diferentes unidades individuales y familiares.

Este proyecto es uno de los primeros desarrollos de madera enmarcada y contralaminada en la región; basándose en la tradición chilena de la construcción con madera. Por esta razón, se empleará una de origen sostenible que permita la reducción del carbono incorporado en los edificios.

Por su parte, Juan Frigerio, socio de Foster + Partners, señaló: “La combinación increíblemente rica de usos a nivel del suelo con una variedad de espacios comerciales y sociales vincula las residencias con el resto de Plan Maestro de La Fabrica, creando un conjunto completo que se integra en todos los niveles”.