El “túnel de la luz” fue inaugurado como parte de la Trienal Echigo-Tsumari 2018, atravesando 750 metros de formaciones rocosas, comienza con una pequeña cabaña cercana, que alberga una cafetería, una tienda local de artesanías y un balneario de aguas termales. Sobre una abertura en el techo inclinado de cedro, llamado "Periscope" se encuentra sobre el spa, con lentes espejadas colocadas para reflejar el paisaje circundante.

La entrada al túnel, iluminado con una serie de luces de colores, conduce al primer mirador que consiste en una estructura similar a una cápsula. La pared es transparente, con una ventana exterior cubierta de película metálica que crea vistas de una sola dirección desde el interior del espacio.

A lo largo del techo abovedado del segundo mirador, "La Gota" presenta una serie de aberturas reflectantes descritas como "ventanas de incertidumbre". Mientras reflejan la realidad del entorno natural, también aparecen como gotas de agua surrealistas suspendidas en el tiempo, con una tonalidad roja, detalló Archdaily.

El proyecto trabajado con el arquitecto ejecutivo Green Sigma, culmina en la "Cueva de Luz", espacio donde las vistas del paisaje circundante se reflejan en el revestimiento de acero inoxidable pulido de la cueva que se vierten en el agua, creando una infinita ilusión de la naturaleza.