Ubicado en la región oriental de la ciudad de Santiago de Chile, a los pies de la zona de los Andes—posee una estructura en forma de cúpula luminosa, la cual junto con la topografía del suelo, crea un efecto visual en la edificación, otorgando la impresión de estar flotando.
El revestimiento de mármol empleó 400 toneladas de bloques cortados a la medida, para darles la curvatura necesaria para el proyecto. La unión entre el retículo y las piezas de mármol es por medio de marcos de aluminio también fabricados en el viejo continente, los cuales se fijan con un sistema de palancas.
Sus nueve velos monumentales enmarcan un espacio de culto abierto y accesible, donde se pueden acomodar hasta 600 visitantes en asientos de cuero y madera de nogal curvada.