Así lo anticipa Tramontina, que identifica una evolución natural en los hábitos de compra, más que cambios abruptos, impulsada por consumidores mejor informados y más conscientes del valor real de los productos.
De acuerdo con la firma, la sostenibilidad deja de ser solo un atributo de origen para convertirse en un criterio ligado al ciclo de vida útil. Los consumidores prefieren invertir en productos durables que reduzcan el reemplazo constante y el desperdicio, una tendencia que impacta directamente en utensilios de cocina, herramientas y equipamiento profesional para hoteles, restaurantes y cafeterías (HoReCa).
La selección de materiales también cobra mayor relevancia. Para 2026, los consumidores demandan trazabilidad, certificaciones y el uso de insumos ecológicos o reciclados. Esta conciencia ambiental se complementa con un enfoque creciente en la ergonomía y el bienestar, donde el diseño busca reducir el desgaste físico, mejorar la comodidad y optimizar el desempeño en tareas cotidianas y profesionales.
Para el sector HoReCa, la eficiencia operativa será un factor determinante. La optimización de recursos, la facilidad de limpieza, la higiene y la resistencia de los equipos se posicionan como elementos clave para garantizar rentabilidad y estandarización del servicio en cocinas profesionales.
Finalmente, Tramontina identifica una polarización del consumo entre opciones premium y funcionales, donde el criterio común es el “valor real”. Más allá del precio o la marca, los consumidores priorizarán la calidad, la utilidad y la relación costo-beneficio, confirmando que en 2026 la elección será mejor, no necesariamente mayor.