A raíz de la contingencia sanitaria originada por la pandemia del Covid-19, la tecnología ha sido un pilar a través del cual las organizaciones públicas y privadas han buscado garantizar la continuidad de sus operaciones.

En este sentido, durante la charla 'Retos y Oportunidades del Trabajo a Distancia', Erika Domínguez, directora de Planeación Estratégica y Comunicación Corporativa, y Bernardo González, director de Capital Humano e Innovación, ambos de KIO Networks, compartieron las buenas prácticas del Home Office y las necesidades tecnológicas de esta modalidad.

“La tecnología se convirtió en el pilar fundamental para continuar operaciones. Somos una sociedad ya mucho más tecnificada y si bien faltan cosas por hacer, la pandemia evidenció las oportunidades que existen para continuar la transición digital”, destacó Domínguez, quien agregó que las organizaciones mejor preparadas en tecnología y capital humano obtendrán las mayores ventajas.

Sobre la implementación de un programa de comunicación interna se explicó cómo a través de una plataforma, se ha logrado involucrar a todos los colaboradores de la organización y promover un sentido de compañerismo y unidad en la nueva realidad que vivimos.

Durante la charla, también se abordaron temas como el uso de la nube, el comercio electrónico y también la privacidad de datos y la seguridad tanto de las empresas como de los trabajadores. La contingencia generada por el Covid-19 originó nuevos modelos o productos comerciales.

Por su parte, González destacó la manera en la que la pandemia aceleró la adopción de tecnologías, destacando el caso de instituciones financieras e incluso supermercados, que adoptaron la automatización y uso de robots de software (RPA), que “posibilita manejar un volumen alto y repetible de tareas y así permitir al talento humano enfocarse en trabajos más estratégicos y de mayor valor agregado”.

De acuerdo con el 'Panorama del Ecosistema de Ciberseguridad', desarrollado por Endeavor, KIO Networks y PayPal, en México, el 65% de las empresas enfocadas al e-commerce y fintech solo destinan entre 1 y 5% de su presupuesto total a la ciberseguridad.