En la actualidad, los asistentes de voz existentes en el mercado no son capaces de identificar algunas órdenes simples. Entre las limitantes se encuentran la complejidad del lenguaje, el cual hace referencia a los objetos del entorno, por lo que los asistentes no suelen entender siempre la orden, pues carecen de esas referencias.

Ante este desafío, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) buscarán dotar de ojos y cuerpo a los asistentes de voz que trabajan con Inteligencia Artificial (IA), es decir, que tendrán un cuerpo para funcionar de manera más óptima. “A pesar de que estos asistentes deben registrar de manera constante lo que se dice a su alrededor para garantizar un mejor funcionamiento, este no suele ser el mejor camino”, destaca el MIT a través de su página.

Los investigadores trabajan para equipar a los asistentes con sensores que funcionen de manera similar al sentido de la vista, con la esperanza de que la IA cuente con mayor capacidad de resolución. También, los asistentes con más capacidades deberán registrar mayor actividad, por lo que es importante considerar los riesgos de seguridad para los usuarios y su privacidad.

Como referente, la IA es considerada como una rama de la ciencia de la computación, la cual relaciona de manera perfecta un fenómeno natural con una analogía artificial que es coordinada por un programa de computadoras (software). Además, combina otras ramas de la ciencia como la lógica, computación y filosofía, para diseñar y crear entidades artificiales que son capaces de resolver problemas o realizar tareas por sí mismas, utilizando algoritmos y paradigmas de comportamiento humano.

La IA se encarga de dar la capacidad de resolución de problemas a equipos inanimados, como dispositivos móviles, robots, entre otros, con el fin de hacer más fácil la vida del ser humano.
 
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