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Para diversos especialistas, ahora más que nunca, se construyen muchos edificios en el mundo utilizando códigos de construcción y normas de certificación sostenible.

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No obstante, indican que es necesario fortalecer y ampliar los códigos y normas para multiplicar las medidas en favor de edificios neutros en carbono.

Añaden que de los países que han presentado una contribución determinada a nivel nacional, 136 mencionan los edificios, 53 hacen referencia a la eficiencia energética de los edificios, y 38 piden específicamente códigos de eficiencia energética para los edificios.

El ‘Informe sobre la Situación mundial de los edificios y la construcción en 2020’, elaborado para la Alianza Mundial para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), refiere que las instituciones financieras y las empresas inmobiliarias se están dando cuenta del gran potencial de crecimiento y de las oportunidades de inversión que ofrecen las inversiones en edificios sostenibles.

“Por ejemplo, de las 1,005 empresas inmobiliarias, promotores, sociedades de inversión inmobiliaria (Reits) y fondos con más de 4.1 billones de dólares de activos gestionados que presentaron datos al Global ESG Benchmark for Real Assets (GRESB) en 2019, el 90% ajustan sus proyectos a las normas de calificación de edificios ecológicos para la construcción y el funcionamiento”.

De hecho, el segmento de los edificios ecológicos, que la Corporación Financiera Internacional (CFI) estima que alcanzará los 24.7 billones de dólares para 2030, representa una de las mayores oportunidades de inversión a nivel mundial de la próxima década.

En este sentido, los gobiernos, desempeñan un papel importante en la construcción sustentable, sobre todo cuando el covid no se ha ido, y si incluyen sistemáticamente medidas para descarbonizar los edificios en los paquetes de recuperación, pueden hacer que las tasas de renovación aumenten drásticamente, canalizar la inversión hacia los edificios neutros en carbono, crear empleos y aumentar el valor de los bienes raíces.

El informe señala que la segunda ronda de contribuciones determinadas a nivel nacional, que se presentarían en la conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26), presenta una oportunidad para incluir medidas más específicas en un sector que es responsable del 38% del total de las emisiones de CO2.

Mientras que para las empresas y los propietarios de edificios, esto implica utilizar objetivos de base científica para orientar las medidas, colaborar con las diversas partes interesadas -diseño, construcción, funcionamiento y usuarios de los edificios- a fin de establecer alianzas y crear capacidades.

Y para los inversores, esto implica reevaluar todas las inversiones inmobiliarias con una perspectiva de eficiencia energética y reducción de emisiones, destaca el informe a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Generación de empleos

Sin embargo, el mejor beneficio para la industria de la construcción será en la generación de empleos,  ya que el 10% de las plazas totales de todo el sector de los edificios y la construcción se han perdido o están en riesgo a causa del parón que sufrieron muchas empresas como consecuencia del confinamiento por el covid. 

“En las estimaciones más recientes se prevé una caída del 6% en el valor del mercado de la construcción con respecto a los niveles de 2019. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la demanda mundial de energía y las emisiones de CO2 disminuirán un 5 y 7%, respectivamente, como consecuencia de la pandemia mundial de Covid-19”.

En el marco de su ‘Plan de Recuperación Sostenible’, la AIE estima que se crearían entre 9 y 30 puestos de trabajo en la fabricación y la construcción por cada millón de dólares invertidos en medidas de acondicionamiento o aumento de la eficiencia de las nuevas construcciones.

“Los programas de estímulo para el sector de los edificios y la construcción son un instrumento de probada eficacia para responder a las crisis económicas, ya que crean puestos de trabajo, impulsan la actividad económica y activan las cadenas de valor locales”.

El University College London (UCL) y el Buildings Performance Institute Europe (BPIE) también consideran que en este año se deberá dar prioridad a normas de edificación en materia de energía que sean obligatorias y estén basadas en criterios de rendimiento, junto con medidas de certificación generalizadas, y colaborar estrechamente con los gobiernos subnacionales para facilitar su adopción y aplicación.

“Para todos los demás agentes de la cadena de valor, esto implica adoptar conceptos relacionados con la economía circular a fin de disminuir la demanda de materiales de construcción y reducir el carbono incorporado y adoptar soluciones basadas en la naturaleza que mejoren la resiliencia de los edificios”.

Sobre todo porque la crisis sanitaria mundial se suma a la crisis de la vivienda, que corre el riesgo de desestabilizarse aún más. Así, junto con el impacto del covid en la construcción, la disponibilidad de edificios saludables, adecuados y asequibles es a su vez esencial para hacer frente a la pandemia y para la salud general de las personas.

Algunas iniciativas de la descarbonización en la construcción:

 -Compromiso de edificios con neutralidad en carbono, del World Green Building Council

-El marco de carbono del sistema de edificación, del World Business Council for Sustainable Development

-El foro de construcción limpia, del C40

-El marco Achieving Zero, de Architecture 2030

-Iniciativa Science Based Targets para las empresas.