Las ciudades inteligentes (o smart cities) ya agregan inteligencia digital a los sistemas urbanos actuales. Esto permite hacer más con menos. Las aplicaciones conectadas ponen información transparente en tiempo real en manos de los usuarios para ayudarlos a tomar mejores decisiones. Estas herramientas salvan vidas, previenen la delincuencia y reducen enfermedades. También ahorran tiempo, reducir la basura e impulsan la conexión social. Cuando las ciudades funcionan de manera más eficiente, se convierten en lugares más productivos para hacer negocios.