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Con respecto al 2021, el sector de la construcción cerró el 2022 sin crecimiento.

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El 2023 llegó con un escenario de retos para el sector de la construcción. Al cierre del 2022, el sector cerró prácticamente sin crecimiento, debido a la falta de un avance significativo en el tema de inversiones, tanto públicas como privadas, señaló Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en el programa Inversiones Inmobiliarias.

Durante el programa, que conduce Karim Goudiaby, Fundador y CEO de la inmobiliaria digital Neximo, el representante de los empresarios de la construcción compartió un balance sobre el escenario que vive la industria y destacó que, por ejemplo, el nivel de inversión desde la esfera pública está por debajo de lo deseado.

 

"Por desgracia, en este 2022, prácticamente no avanzamos. El crecimiento de la industria en general, de toda la cadena de valor de la construcción, que incluye de manera importante a los proveedores de insumos, entre ellos a las empresas cementeras, a las acereras, a la madera, y a los constructores, no tuvo ningún crecimiento con relación al 2021", indicó Solares.

 

Agregó que, desde antes de la pandemia, el sector ha experimentado una tendencia a la baja. Y en este inicio del 2023, aún no se logra concretar un escenario de recuperación debido a la falta de inversión tanto del sector público como privado. En 2022, el 80% de la construcción en el país fue con dinero privado y solo el 20% con dinero público. En el caso de la participación del sector público, explicó que hoy se invierte lo equivalente al 2% del PIB, cuando se debería estar invirtiendo cuando menos el 5%.

Con respecto a la inversión privada, dijo que se vive una etapa de incertidumbre. Destacó que el país llega a 2023 en un escenario donde los inversionistas no tienen la confianza para invertir en este momento en infraestructura.

Visión gubernamental e inflación

Solares mencionó que la visión que se impulsa desde el gobierno ha marcado como prioridad un enfoque de bienestar social. En ese marco, la inversión en infraestructura no contempla aumentos.

 

Al comentar sobre el reto que ha implicado la inflación, destacó que donde más ha pegado es en la liquidez de las empresas.

 

"En la construcción, los contratos que firmamos tienen una cláusula de actualización de precios, sin embargo, nos afecta en la parte de liquidez porque en el proceso de obra pública primero tienes que comprar los insumos más caros y luego gestionar que se haga la compensación o actualización de esos costos. Entonces es esa liquidez lo que más afecta para el desarrollo de las obras", mencionó.

La inflación en el sector de la construcción, prosiguió, no se comporta de la misma manera que la inflación en canasta básica. En ese sentido, la inflación para el sector alcanzó niveles de 16% en 2022. No obstante, una buena noticia es que para el primer trimestre de 2023 se espera que la curva de inflación del sector de la construcción se alinea a la de la canasta básica. Esto no quiere decir que hayan bajado los precios, sino que están subiendo más despacio.

"Llegamos a tener en 2022 una inflación de 16%, pero la buena noticia es que en el cierre de 2022 y en este inicio de 2023, si bien no se ha controlado, ha disminuido, y estamos llegando a poco más de 8% de inflación promedio de la construcción", puntualizó.

 

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