La falta de infraestructura eléctrica ha ocasionado que proyectos de inversión en México se hayan rechazado, como sucede en la región norte del país. Por lo que una llegada masiva de capitales provenientes de Asia, pondría en duda si la nación está realmente preparada para recibirlos.
El Informe ‘Situación Regional Sectorial’ de BBVA México, correspondiente al segundo semestre de 2022, analiza si el país está preparado para una eventual llegada masiva de producción desde Asia por nearshoring, pero sobre todo, por la falta de acceso a la electricidad.
Tomando en cuenta estas cifras y pensando que dichos flujos comerciales los hubiera captado México en su totalidad, el ejercicio realizado en el informe supone que la manufactura mexicana hubiera experimentado un incremento anual promedio del 15% en sus exportaciones entre el 2018 y 2022.
Sin embargo, menciona el documento que la demanda de energía eléctrica se habría incrementado alrededor del 25%, lo cual contrasta con el crecimiento promedio anual de -0.3% que el sector de generación y distribución de electricidad registra entre el 2010 y 2021.
Por lo que este último resultado sugiere que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) habría sido incapaz de responder a una demanda acelerada de energía eléctrica en un lapso relativamente corto.
“El bajo nivel de crecimiento de la producción de electricidad, combinada con un fuerte incremento del lado de la demanda por parte de la industria, hacen pensar que el SEN hubiera sido incapaz de responder eficazmente a una fuerte expansión de la industria mexicana”, resaltó el documento de BBVA.
Generación eléctrica limpia y competitiva para el desarrollo
Ahora bien, lo que puede hacer México para preparar su industria eléctrica al proceso de nearshoring es lo siguiente, de acuerdo con el informe.
En materia de política energética:
-Impulsar y favorecer la generación limpia aprovechando el potencial eólico y solar del país haciéndola más competitiva en términos de costos y emisiones.
-Ofrecer certidumbre en términos regulatorios para la inversión del sector privado respetando los procesos de autorización y permisos de generación, así como impulsar figuras alternativas como el autoabasto.