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El nearshoring, la fortaleza productiva y comercial, infraestructura y su red de tratados comerciales impulsan el potencial de la región.

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Actualmente, América del Norte aporta un 28% del PIB global y representa un bloque económico un 50% mayor que China y un 55% mayor que la Unión Europea. Y el volumen del intercambio comercial entre México, Estados Unidos y Canadá representa un 6% de todo el tradicional de bienes entre los países del mundo.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) considera que las oportunidades que dan el nearshoring, la fortaleza productiva y comercial, infraestructura (principalmente en EU y Canadá) y su red de tratos comerciales impulsan el potencial de la región para generar, atraer y retener talento e inversión.

Además, la invasión de Rusia a Ucrania y la subsecuente crisis energética en Europa, la política de cero covid en China, así como la tendencia hacia la regionalización de las cadenas de valor, hacen de la región un destino particularmente atractivo. 

Expandir los lazos entre los países de América del Norte más allá de la producción, enfocándose además en el fortalecimiento del Estado de derecho, el desarrollo de logística de excelencia, infraestructura energética competitiva y el capital humano.  

 

Capitalizar esta oportunidad histórica

Para consolidar la competitividad de América del Norte, se requiere inversión en infraestructura física, digital y de transporte que permita a la región atraer las industrias del futuro como las granjas de servidores de datos, los semiconductores, la inteligencia artificial, internet de las cosas y la movilidad eléctrica, entre otros.

De los puntos antes mencionados, destacamos que la diversidad geográfica y climática de América del Norte abre la puerta para acelerar la transición energética con inversiones en generación eléctrica con baja huella de carbono, así como el desarrollo de gasoductos que permitan un mayor uso de gas natural como combustible de transición. 

“Se debe dar aún mayor impulso a la generación eléctrica con baja huella de carbono. El anuncio del Plan Sonora hecho en 2022 pretende atraer 48 mil millones de dólares en inversiones en energías solar fotovoltaica y eólica entre 2023 y 2030. Sin embargo, no se conocen los detalles, ni la ruta crítica para su implementación”, señaló el IMCO.

 

En el largo plazo, quizás el reto que une a todos estos elementos está en la necesidad de contar con una visión integral de América del Norte, que vaya más allá del T-MEC en donde participen gobiernos, sector privado y sociedad civil.

 

Referente a expandir la infraestructura logística, es conveniente mencionar que México quiere aumentar su penetración en materia de transporte marítimo en la costa este de EU, por lo que debe impulsar la negociación de una excepción a la Jones Act, que prohíbe el cabotaje marítimo en ese país.

De igual forma, los barcos estadounidenses no pueden hacer cabotaje en puertos mexicanos. Esta prohibición podría negociarse mediante un acuerdo de reciprocidad para el cabotaje marítimo estadounidense en México, que abriría nuevas rutas entre ambos países que faciliten la penetración del país en los mercados de la costa este de EU.

Otro tema importante es que mientras México se mantenga en la categoría 2 de la Administración Federal de Aviación  (FAA), las aerolíneas mexicanas no aumentarán sus frecuencias en vuelos de pasajeros y carga hacia EU, por lo que las posibilidades de fortalecer los vínculos entre las cadenas productivas de los tres países serán limitadas.

 

 

En tanto, el desarrollar y compartir capital humano también es una oportunidad para mejorar la competitividad de la región: Estados Unidos y Canadá enfrentan una escasez de mano de obra combinada con un envejecimiento de la fuerza laboral, y México tiene un mercado laboral que no satisface la demanda por empleos de calidad.

Desarrollar programas para el desarrollo del talento que cuente con las habilidades que requieren las economías de la región y construir facilidades para desarrollar una fuerza laboral trilateral beneficiaría a estos países, con flujo constante de mano de obra para EU y Canadá, y mayores oportunidades para la población mexicana.

Una forma de atender esta necesidad sería expandir la lista de profesiones en el capítulo 11 del T-MEC sobre la entrada temporal de personas de negocios para facilitar la movilidad laboral para las profesiones donde los países enfrentan un déficit de oferta que puede ser complementada con la mano de obra de sus socios en la región”, refiere el IMCO.