Este indicador mostró un cierto deterioro en meses previos, acorde con el repunte de la tercera ola de contagios por el Covid-19. Además de que el crecimiento anual se modera de la mano con una mayor base de comparación.
Analistas de Banorte consideran que las cifras mensuales muestran que “el desempeño es favorable pero limitado, a su vez apoyado por la mejoría en el frente epidemiológico, aunque con señales mixtas en cuanto a los fundamentales y presiones en precios”.
Agregaron que “creemos que el mejor desempeño en el periodo está explicado en buena parte por la mejoría en el frente epidemiológico, con los casos diarios disminuyendo desde los máximos en agosto, favoreciendo una mayor movilidad. En específico, esto impulsó el sentimiento –reflejado en una mayor confianza de los consumidores y resultó en un rebote por la demanda acumulada de meses anteriores, más que compensando por algunos factores negativos, incluyendo pérdidas adicionales en el empleo y una moderación marginal en las remesas”.
Concluyen que “el panorama en el corto plazo parece ser más alentador, sugiriendo una recuperación del consumo en el último trimestre del año a pesar de diversos riesgos en el horizonte”.
Al respecto, un análisis de BX+ indicó que “el indicador logró crecer luego de mantenerse prácticamente estancado en agosto, aunque todavía se encuentra debajo de sus niveles prepandémicos. El desempeño de los rubros discrecionales sigue siendo dispar. A tasa anual, el indicador se volvió a desacelerar por un menor efecto aritmético de comparación”.
“Aunque el consumo seguirá mejorando gracias a una mayor reapertura económica y una mayor movilidad social, su recuperación no será lineal, pues estará condicionado por posibles rebrotes del virus, por una elevada inflación, por disrupciones en la oferta de algunos bienes ante la obstrucción en las cadenas de suministros”, concluyeron.