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El instrumento es ideal para satisfacer la necesidad de capital de corto plazo en proyectos que generar flujos en el largo plazo.

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Los Certificados de Capital de Desarrollo, mejor conocidos por sus iniciales CKD, nacen en 2009 como una respuesta a la necesidad de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) de diversificar sus respectivos portafolios de inversión en activos alternativos, entre ellos capital privado emprendedor, bienes raíces, así como en proyectos de inversión de energía e infraestructura.

Los CKDs se inscriben en el Registró Nacional de Valores y se colocan en el mercado de valores a través de una oferta pública o restringida que es autorizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Son instrumentos de inversión creados por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y que están vigentes desde el 10 de agosto del 2009. Se les encuentra listados en los instrumentos de capital, junto a las acciones, las fibras y los títulos opcionales.

El instrumento es adquirido básicamente por inversionistas institucionales, como las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos del Retiro (Siefores). Asimismo, tiene un periodo de inversión que normalmente fluctúa entre tres y ocho años, lo que depende de su monto de inversión, la especialización, la estrategia a seguir y su plazo.

Es un instrumento que está enfocado en satisfacer la necesidad de capital de actividades y proyectos que consumen recursos a corto plazo, pero general flujos a largo plazo, por ello es ideal para actividades propias como la infraestructura, el mercado inmobiliario, capital privado, entre otros.

Al momento de cumplir en 2019 sus primeros 10 años de vida, el 24% de la emisión total del instrumento tuvo como destino el mercado inmobiliario, con 83 mil 500 millones de pesos, de acuerdo con cifras publicadas por un análisis de Deloitte, solo superado por las emisiones que tuvieron como destino empresas del sector energético.

A través de la emisión de instrumentos se han construido grandes proyectos inmobiliarios industriales, comerciales, residenciales y de uso mixto, toda vez que fondos de capital privado, desarrolladores y fibras, entre otras, han acudido a dicho instrumento para erigir grandes proyectos a lo largo del país.

La crisis sanitaria por el Covid-19 propició que el mercado de valores pospusiera muchas emisiones de capital; sin embargo, no descartemos que para el segundo semestre de 2021 el mercado se reactive antes las perspectivas de recuperación económica.