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En 1919, el arquitecto Walter Adolph Georg Gropius funda en Weimar la escuela de Artes y Oficios, entonces, su prestigio atrae a los artistas más relevantes de la época.

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Sin ataduras, caótica, convincente, revolucionaria, radical, son parte de los adjetivos que diversos creadores contemporáneos afirman sobre su trascendencia.

“100 años despúes, los elementos de la Bauhaus, son más relevantes que entonces”, afirma por su parte el arquitecto y Premio Pritzker Norman Foster.

Para reaprender su trascendencia, cabe mencionar que la escuela planteó las bases, hace más de 100 años, de un nuevo futuro. “¿Cómo viviremos?”, era una de las premisas básicas.

Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, "construcción", y Haus, "casa"; irónicamente, a pesar que su fundador fue un arquitecto, la Bauhaus no tuvo un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia.

La escuela buscó establecer un canon creativo y universal, donde toda la creación debía tener el tamaño preciso para que fuera utilizado por el ser humano.

El concepto mismo de la escuela quería superar la división entre artesanos, diseñadores y artistas.

La fuerza y magia de esa escuela de arte sigue llegando hasta nuestros días. El mundo contemporáneo no sería igual sin la Bauhaus.

La escuela alemania impulsó una nueva forma de aprender y ver los conocimientos en pedagogía, arquitectura, pintura, danza y diseño.

Con la llegada al poder de los nazis, la escuela tuvo que cerrar sus puertas, pero artistas, arquitectos y pensadores partieron al exilio y ahí difundieron la visión de la Bauhaus.

El inicio

En 1919, el arquitecto Walter Adolph Georg Gropius funda en Weimar la escuela de Artes y Oficios. Su prestigio atrae a los artistas más relevantes de la época. Tras la catástrofe de la Primera Guerra Mundial, los alemanes querían plantear las bases de un nuevo mundo.

Gropius sabe que una nueva sociedad necesita de un nuevo artista e inicia por la pedagogía.

Su llamado “Curso preparatorio” era obligatorio y central. En él, se impartían las bases técnicas y artísticas. Johannes Itten sería el encargado de la encomienda, y en vez de copiar modelos,  instó a los alumnos a experimentar con formas, colores y materiales.

El nuevo principio sería la creación intuitiva. Cabe mencionar que esos colores influyeron la obra de Paul Klee y Kandinsky.

Actualmente los colores amarillo rojo y azul, así como las figuras triangulares, circulares y cuadradas, siguen siendo las elementales para y las artes y la industria.

“La Bauhaus era un mundo poco convencional. Solo hace falta ver el edificio de la Bauhaus para comprobar lo radical de su idea y las jóvenes con el pelo corto. Todo era bastante desenfadado y provocador”, destaca Claudia Perren, Directora de la Fundación Bauhaus Dessau.

El pelo corto, toda una micro revolución cultural. 

En la Bauhaus, todo era diáfano, con estructuras de acero y mucho cristal.

“Gropius era consciente que vivía en una nueva época. Y una nueva era exige nuevas formas y nuevas pautas de convivencia. En la industria y en la arquitectura era algo que no acababa de materializarse”, agrega.

Pero la historia inicia realmente en 1925, cuando despega la fama de la escuela.

Con información del documental 100 años de Bauhaus, de Deutche Welle.