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Renzo Piano, arquitecto y senador italiano, hizo un llamado a las nuevas y futuras generaciones de arquitectos a intervenir, con su trabajo, en un mundo con un delicado equilibrio.

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Anteriormente, la arquitectura ya se había orientado hacia proyectos que fuesen más respetuosos con el medio ambiente, destinados al consumo limitado y consciente de energía; sin embargo, el COVID-19 ha resaltado aún más la delicadeza que caracteriza al planeta, inició el arquitecto ganador del Pritzker 1998.

Hoy, dijo, es evidente la necesidad de tener diseñadores capaces de “crear edificios que convivan con el medio ambiente, ahora más que nunca somos conscientes de que la tierra es frágil”.

“Pero la esperanza no debe ser abrumada por un virus”, continúa el arquitecto; “por el contrario, lo que estamos experimentando debe enseñarnos a salir mejor de esta fragilidad”.

Según el senador, habrá mucho por hacer y será necesario establecer muchos recursos porque, si bien no es una guerra la que estamos viviendo, al final se requiere una recuperación masiva de lo que se ha destruido. La tarea de los arquitectos presentes y futuros será construir los edificios del mañana de una mejor manera.

“Comparto este momento de tristeza contigo, pero también se necesita valor. Tal vez eres tú quien debe salvar al mundo. Me falló, mi generación falló; pero tú puedes hacerlo. Es evidente que algo va a suceder, y eso algo, solo puede ser mejor”, expresó.

El mensaje fue transmitido vía remota a través de un video filmado para la campaña #IORESTOACASA (traducido al español como ‘me quedo en casa’) del museo Maxxi en Roma, actualmente cerrado por la pandemia de Coronavirus.

También participó en una filmación para la Fondazione Musica Per Roma como parte del programa #AuditoriumLive. En el video, Renzo Piano traza su historia y lanza un mensaje de esperanza para el futuro.

La grabación comienza con el arquitecto contando la historia del Auditorio Parco della Musica, diseñado por él entre 1994 y 1995 −cerrado hasta nuevo aviso−, pasando por el desarrollo y descubrimiento de la Villa Romana, hasta el éxito de hoy, seguido por el vacío y silencio que está experimentando estos días la capital italiana debido a la emergencia sanitaria por el Coronavirus.

"Logramos construir un lugar amado por todos. Y esto hace que el momento en que vivimos y en el que el Auditorio está deshabitado, sea aún más doloroso. También pienso en los otros lugares que he hecho: museos, salas de conciertos, bibliotecas. Todos están vacíos en estas semanas. Es triste, porque estos edificios están hechos para ser vividos, para ser lugares donde la gente celebra un ritual fantástico que consiste en estar juntos, entenderse, compartir las mismas alegrías, participar. Tomemos coraje, rodo esto pasará y el Auditorio se convertirá en un lugar donde todos puedan reunirse", finaliza el arquitecto.