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La inversión resulta estratégica para el crecimiento y generación de riqueza de la economía, por ello la importancia de revertir su caída.

México evitó entrar en recesión técnica durante el primer semestre de 2019; sin embargo, su economía continuó desacelerándose, hasta obtener un balance de estancamiento en los seis primeros meses del año. Ante ello, lo más relevante ahora, es concretar la posibilidad de un ligero repunte lo que resta del 2019.

La primera mitad del año no ha sido buena para la economía del país. Los números son fríos y confirmaron un pobre desempeño entre enero y marzo; además, las cifras conocidas en abril y mayo indican riesgos con un sesgo a la baja.

En la demografía nacional predomina la población joven, situación que se mantendrá vigente por 20 años más. Esta situación podría impulsar la economía local.