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El mercado de oficinas de la ciudad de México finalizó el tercer trimestre del año con un moderado incremento en la demanda, derivado de la afectación en edificios clase B por los pasados sismos. Asimismo, apunta a un desequilibrio entre oferta y demanda de magnitud limitada, no a una sobreoferta, afirmó el reporte trimestral de Cushman & Wakafield (C&W).

La tasa de disponibilidad de espacios de oficinas en la CDMX se incrementó durante el tercer trimestre (3T 2017) a 14%, casi un punto porcentual más que en el trimestre anterior debido a que se entregaron 9 edificios nuevos. Sin embargo, los comercializadores prevén un incremento en la demanda de espacios impulsado por el efecto del sismo en inquilinos de edificios clase B.

Hasta el día de hoy, de los edificios colapsados o por colapsar reportados por el sismo del 19 de septiembre, solamente 6 son de oficinas. La totalidad de estos, así como muchos otros que tienen daño estructural, son espacios clasificados como Clase C, hechos bajo el código de construcción anterior a 1987, y no existe ningún reporte de edificios clase A en ésta situación.

Las instalaciones para trabajar —según las necesidades del mercado millennial— deben contar con instalaciones cómodas, donde el área de comedor sea la instalación más popular, seguida por barras de café. Además, requieren servicios diversos como guarderías, tintorerías y salas de juego. Al menos, 20% de los millennials consideran la prestación de servicios como factor de decisión para cambiar de trabajo.

De los 10 corredores de oficinas que hay en la Ciudad de México (CDMX), considerando los rangos de renta entre el precio máximo y mínimo, el top cinco está compuesto por los siguientes: Lomas Palmas, Polanco, Bosques, Reforma e Insurgentes, de acuerdo con un análisis de Solili.